domingo, 9 de agosto de 2020

Sueños siderales

Para un ciego, poder ver.

Para cualquier persona, poder volar.

Para un "sintecho", tener techo.

Para un pobre, ser rico... Y para un rico, ser más rico.

Todo el mundo tiene algún sueño imposible de cumplir, aspiraciones en forma de "Ochomil" sin bombona de oxígeno.


En cuestión de metas, vamos todos tan sobrados que incluso nos permitimos el lujo de tener alguna imposible en la recámara por si algún día se nos agotan.


Sabemos lo frustrante que es ver como fracasas una y otra vez a la hora de alcanzar una meta pero aún lo es más la ausencia de ellas.

En mitad de un desierto de oscuridad buscas desesperadamente un haz de luz  que te oriente de nuevo. Por eso, si esa luz no aparece, el puro instinto de supervivencia crea esa referencia lumínica de manera artificial.

Por ejemplo:

Cuando llevas tanto tiempo en el ostracismo, de repente, un simple curso lo conviertes en una meta.

O, tal vez, ya no recuerdas la última vez que sentiste algo parecido al amor. Entonces se te cruza alguien tan brillante como lejana, cual cometa y automáticamente, tu mente, genera una nueva meta.

Las circunstancias no invitan al optimismo pero eso, ahora, es lo de menos. En lo que surge un objetivo más realista, esta utopía, será la prioridad de todos tus sentidos.


Si se nos agotan los sueños nos los inventamos.