lunes, 3 de agosto de 2020

El amor en tiempos del Coronavirus

Bendito teléfono que me obligó a tomar una decisión.
Bendito Covid-19 que lo retraso todo y pudo darme la prórroga justa para coincidir en el mismo tiempo, en el mismo espacio.

Maldita mascarilla que resaltó sus ojos. Esos ojos que me atraparon y no han dejado, desde entonces, de apretar mi cuello.
Maldito espacio que se estrecha entre nosotros.
Maldita su silla que siempre visita a la mía.
Maldita la distancia que nos separó y maldito el tiempo que nos incomunicó.

Sus circunstancias son obstáculos insalvables y mis recursos insuficientes.

Valdría la pena la batalla pero en cuestión de artillería, ella va sobrada pero yo no tengo nada.