miércoles, 24 de septiembre de 2014

Pequeños oasis

Todos hemos vivido en nuestra propia piel esos instantes de inconsciencia, esos escasos momentos en los que el alma parece trascender del vulgar cuerpo... eso a lo que todos llamamos felicidad.
Luchas toda la vida, te enfrentas a toda clase de adversidades. Con el viento en contra, con el mundo en contra, y a veces hasta contigo mismo en contra.
Cuan intensos deben ser esos escasos momentos de felicidad como para enfrentarnos a esta odisea que es la vida con el único fin de revalidar un momento de júbilo anterior.
El caso es que se habla mucho sobre la magia. Si existe o si no.
Pero lo cierto es que lo más parecido a la magia que he visto es el efecto causado por la serotonina... la felicidad.
Una sensación de la que solo eres consciente cuando ya ha pasado todo, y por un instante no recuerdas el motivo que te llevó a tal estado.

Estos momentos son tan puros para que puedas aferrarte a sus recuerdos cuando la vida te lleve a estar a los pies de los caballos.
Recuerda que hay personas, lugares, olores o canciones que te servirán de estímulo, pero la felicidad yace en ti.
Que nadie te haga creer que tu dicha depende de él/ella.
Sé feliz.