martes, 21 de enero de 2020

El título iba a ser "Mérida"

Hace no mucho tiempo, cuando vagaba por el más árido desierto sentimental, ocurrió algo. Un vendaval tan fuerte que trastocó mis planes e hizo que me arrancara a escribir estas lineas que siguen a continuación:

30 de septiembre de 2019

Años conduciendo con la vida al ralentí buscando en cada esquina aquello que no te espera.

Años con la toalla rozando el asfalto mientras saltaba de fracaso en fracaso. Mientras sanaban las heridas de los balazos de cientos de guerras entre el deseo y la realidad.

Todo parecía yermo, como si una nueva glaciación hubiera asolado de nuevo el planeta.

Entonces, en mitad de una persecución contra el tiempo, se cruzaron dos almas.
Esas dos almas eran gemelas. Gemelas en daño, gemelas en dolor, en miedo, en ideales.
Igual que cuando te encuentras a un gemelo que no sabías que tenías. Los dos, se mostraban nerviosos y reticentes.
Después de tanto infierno no parecía creíble este edén.

Como se puede apreciar, jamás lo terminé. No tuve tiempo... O más bien dicho, no me dieron tiempo.
El mismo cataclismo que originó esa maravillosa tormenta eléctrica que cargó de un plumazo todas mis ganas de vivir y sentir también propició con un gran trueno inesperadamente precoz el apagón general.
Al final todo resultó tan intenso como fugaz. Un breve apunte en el margen de una hoja del libro de la vida de quien sea.
Lo malo es cuando esas escasas palabras son lo único que hay escrito en la misma página de tu libro.

Y con ilusiones bajo la manga, intenciones en el bolsillo, decenas de libros en la estantería y un texto a la mitad acabó esta historia. La historia que sucedió en el margen de la página de un libro.