viernes, 5 de enero de 2018

Huellas del pasado

Este año, casi sin quererlo, me han echo uno de los mejores regalos de Reyes de mi vida.
Todo empezó hace unos días. Cuando, ante el exceso de tiempo libre que tengo últimamente, me presté voluntario para digitalizar los vídeos caseros de una vieja videocámara de mis tíos.
Efectuando el visionado de las cintas quedé obnuvilado cual espeleólogo ante una gruta virgen al descubrir lo que esas películas contenían.
De repente encontré a mi "Yo" de hace más de 20 años.
Automáticamente, cada leve recuerdo que pululaba por mi memoria como una nebulosa, empezó a cobrar sentido.
Fue un momento mágico.
En cada película había una pequeña fracción de mi niñez. Aquella parte de mi vida donde fui feliz y que ya vagaba por el valle del olvido.
Mirar a tus ojos de niño hace que comprendas porque eres como eres pero a la vez no entiendes porque dejaste de ser como eras.
No hay nada en el mundo que pudiera pagar esas breves horas.
Durante ese tiempo volví a ser feliz.
Se que no es conveniente estar recordando constantemente tiempos pasados... Pero me da igual.
Aunque pueda soñar contradictorio, necesito mirar al pasado para poder avanzar.
¡FELICES REYES A TODOS!