miércoles, 7 de septiembre de 2022

Normal

Me hace mucha gracia esa gente que se cree especial. Se cree, se mira, se siente, se huele, se saborea especial. Aquellos que piensan que el mundo es un regalo que el universo les ha hecho a ellos.
Esas personas, sin embargo, también piensan que el propio universo confabula contra ellas; su particular "Show de Truman". Y es por su condición de mártires que exigen se les conceda lo mejor. 
Entonces ya no les vale cualquier persona, no se conforman con migajas dicen.
Y eso es chocante porque es tan vanidoso como imposible. Todos somos las migajas de otras personas, hasta esa gente que reniega de ello.

Mirad, a los 20 años, aún pueden quedar algunas personas que, socialmente, se pueden interpretar como especiales.
Puede haber aún gente virgen, que aún no hayan tomado ciertas sustancias, gente con ínfulas de artistas multidisciplinares o niños de papá con pasta que ya han hecho varios viajes enigmáticos.

A los 30, vírgenes no quedan ni en los altares, casi todos tenemos un trabajo miserable con el que malvivir y todos, absolutamente todos, tenemos borrones en nuestro cuaderno de bitácora sentimental y hemos sido ese borrón de otras personas.
Todos tenemos frustraciones, errores cometidos, traumas, un carácter  irascible en ocasiones y monstruos en el armario.

Ninguno somos una joyita. Nadie conserva la ropa impoluta. Así que a ver si dejamos ya de exigir para nosotros algo que ni existe, ni merecemos.
sin embargo hay muchas personas buenas, que no perfectas, que parece que es lo que todos queremos para nosotros.

Seguiremos relacionándonos con personas que pensábamos que si pero al final no. Y así una y otra vez hasta que encontremos la persona con la que mejor conectemos. No será perfecto, ni será siempre bonito. Pero es que la vida no es ni perfecta, ni bonita y nosotros menos aún.

Dejad de creer que sois especiales, diferentes al resto. Dejad la vanidad a un lado y encontrareis a gente maravillosa.