lunes, 30 de septiembre de 2019

Submarinismo

Estoy escribiendo sin saber muy bien aún que es exactamente lo que quiero escribir, o mejor dicho, como lo quiero escribir.

Todo es maravilloso desde la superficie. El azul del mar, las gaviotas haciendo vuelo rasante sobre el agua, el movimiento hipnótico de las olas y el sonido envolvente de su rumor.
Pero de repente, estás tan a gusto, que te sumerges. Te sumerges con el objetivo de darle a todo una nueva dimensión. El caso es que este nuevo estadio es bastante más complejo.
Conforme vas descendiendo a las profundidades, al abismo más absoluto, tus sentidos y capacidades van menguando y entran en juego las sensaciones más subjetivas, pero también surgen, fruto del desamparo que te provoca la oscuridad del amplísimo fondo oceánico, el miedo, la desconfianza, la presión, el pánico, la hipoxia, la vulnerabilidad... Las inseguridades.

Y hasta aquí puedo leer... Escribir. Pues jamás he traspasado este nivel.
Supongo que en la afrenta entre el miedo y la curiosidad siempre ganó el tramposo miedo ya que nunca fue una lucha en igualdad de condiciones.

Ya noto como mi cuerpo emerge de nuevo.
Otra aventura estéril que apuntar en mi cuaderno de bitácora.